100 años de la SAU

Celebramos 100 años de la creación de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU), institución que ha desempeñado un papel trascendente en la consolidación de la profesión y la disciplina arquitectónica en el país.

Como toda efeméride, constituye además de un pretexto para una evaluación crítica de ese pasado, una instancia para situar y poner en valor aquellas manifestaciones arquitectónicas principales, recordando y reconociendo al mismo tiempo a algunos de sus  protagonistas más notorios.

Entre muchas posibles perspectivas de abordaje de esa producción, se  propone explorar algunos ejes temáticos que han teñido u orientado el ejercicio disciplinar en  ese lapso, operando como disparadores de la producción arquitectónica local: las artes visuales, la dimensión tecnológica, la representación de la nación y el vínculo con el lugar.

1. Arquitectura y arte

En su ejercicio de concebir y proyectar formas espaciales, la arquitectura ha establecido desde la antigüedad  profundos y múltiples vínculos con el mundo de las artes visuales.

La esencia utilitaria implícita en toda creación arquitectónica define en ese vínculo con otras expresiones artísticas, territorios específicos, diálogos y fronteras que permiten comprender la intensidad y diversidad de esos lazos a lo largo de la historia.

En la mirada propuesta sobre estos años de producción arquitectónica nacional, es posible apreciar las distintas modalidades que estos vínculos asumen, expresadas en la transición de las arquitecturas historicistas del siglo XIX a las manifestaciones modernas que comienzan a consolidarse desde las primeras décadas del siglo XX.

Se propone recorrer entonces algunas de las obras que han sintetizado o amalgamado de modo destacable este vínculo, en lo que refiere a la integración de artesanatos y artes aplicadas pero también a los aspectos iconográficos y a sus  funciones simbólicas y  espaciales.

2. Arquitectura y nación

Detrás de las visiones que han orientado históricamente la arquitectura y el urbanismo, es posible reconocer  el compromiso implícito o explícito  de contribuir al progreso social y construir un ambiente –y una sociedad- de mayor calidad y armonía. Un rol que muchas veces trascendió la mera expresión o representación de los modelos culturales, contribuyendo a modelar y definir la identidad de esos proyectos nacionales.

Esto puede identificarse claramente en muchas de las arquitecturas estatales producidas en estos cien años. Pero es importante entender que  el concepto de nación (como reconocimiento de una comunidad cultural) es mucho más amplio que la noción de Estado, y que otras manifestaciones, también muy relevantes, han expresado aspiraciones culturales y modelos sociales no necesariamente ligados a proyectos políticos oficiales. Es el caso de la extensa producción de arquitectura moderna, en cuyas realizaciones se expresan nuevas formas de habitar y el permanente compromiso cultural de nuestra sociedad con la modernidad.

3. Arquitectura y lugar

Uno de los campos de reflexión y debate más importantes que tienen lugar en el efervescente contexto cultural en el que surge la Sociedad de Arquitectos tiene ver con la búsqueda de una nueva arquitectura capaz de responder a factores locales como el clima, el suelo, los modos de vida y las maneras del habitar propios del país.

Esta preocupación por descubrir/construir una identidad local (que tendrá su correlato en la literatura, la música, y las artes visuales) trasciende ese particular contexto y constituye uno de los ejes del pensamiento arquitectónico latinoamericano a lo largo del siglo XX.

Esas búsquedas se traducen en reformulaciones de referentes y modelos, en experimentaciones formales y tecnológicas, en adaptaciones a las condiciones geográficas y climáticas del país, en recuperación de tradiciones culturales y por supuesto, en intenciones de integrarse sensiblemente a “lugares”, ya sean estos contextos urbanos o naturales.

Dejando de lado posiciones maniqueas y reconociendo el alto grado de hibridación cultural que caracteriza a la experiencia local, se propone una mirada sobre algunas obras que en diversas épocas y contextos han buscado anclarse en nuestro territorio, es decir en su geografía, su historia,  su cultura y sus paisajes.

4. Arquitectura y tecnología.

Desde fines del Siglo XIX se producen en el campo constructivo y estructural, cambios y avances tecnológicos trascendentes que  contribuirán de modo decisivo al proceso de renovación formal impulsado desde las distintas vertientes de la arquitectura moderna.

La superación del concepto de “material constructivo” como sinónimo de algo sin terminación –cuyo acabado requiere un tratamiento ornamental que lo dignifique-, da lugar a un proceso de abstracción y simplificación en el que esa materialidad constructiva adquiere un nuevo protagonismo.

El despojamiento de lo superfluo, la confianza en el conocimiento, la esencialidad y  la veracidad, constituyen los valores de una nueva arquitectura que integra progresivamente a su concepción espacial y a su lenguaje formal, el potencial expresivo  de las estructuras resistentes y la textura de los materiales.

Esas búsquedas conforman el sustrato común de un conjunto de experiencias muy diversas y de un grupo de obras muy destacadas, ineludibles en una mirada sobre la cultura arquitectónica del siglo XX.

Curaduría:

Cátedra de Historia de la Arquitectura Nacional. Facultad de Arquitectura (UdelaR)

Responsable: Leonardo Gómez Sena

Equipo Docente: William Rey, Laura Alemán, Mary Mendez, Christian Kutscher.

Realización de material audiovisual:

Servicio de Medios Audiovisuales. Facultad de Arquitectura (UdelaR)

Responsable: Damián Bugna

Diseño:

Arq. Conrado Pintos

Montaje:

Osvaldo Reyno.

Publicado por | 19 de septiembre de 2014 - 16:49 | Actualizado: 8 de diciembre de 2016 - 18:55 | PDF

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