100 intervenciones X 100 espacios

El ámbito físico donde transcurre la vida individual y social es una construcción colectiva e histórica, en incesante transformación. Lo que cada época hace (y deshace) conforma su espacio existencial. Lo que se construye y lo que destruye expresa el espíritu de cada época; materializa sus concepciones, sus sistemas de valores, sus cosmovisiones; pero además condiciona las posibilidades que tendrán las futuras generaciones en el agenciamiento de su lugar propio. Evidentemente, por sus incumbencias integradas a todas las escalas que conforman el hábitat -interiores, edificios, espacios públicos, lo urbano, el territorio- la Arquitectura es protagonista en este incesante proceso de proyecto, construcción y transformación.

La importancia del marco físico resulta tan relevante como suele ser invisible a los ojos de la cotidianidad. El acostumbramiento, sumado a la falta de formación en temas de arquitectura y diseño, hacen que la mayor parte del tiempo el entorno urbano-edilicio pase inadvertido.

Puede admitirse que la Arquitectura propone organizaciones altamente especializadas del espacio: modifica sus coordenadas, altera sus significados. En general su acción es motivada por fines utilitarios, a los que debe responder con la mayor eficiencia; y que salvo en casos excepcionales, priman en el imaginario colectivo casi que por sobre cualquier otro aspecto. A los productos de la Arquitectura se les presta atención, sobre todo, cuando acaecen catástrofes o -sin tanto dramatismo- surgen desperfectos o disfunciones más o menos molestos o notorios: cuando aparecen humedades o algo deja de funcionar, por ejemplo. De lo contrario, la normalidad los diluye en el día a día; la rica complejidad de la arquitectura se desvanece detrás de la rutina, de lo previsto y previsible.

Sin embargo se adivina que debe haber mucho más que esta percepción inmediata, escasa y casi burocrática. Hay, en realidad, valores agregados; por los que la Arquitectura deviene más que un mecanismo funcional o un producto de mercado, y que la hacen perdurable, trascendente y significativa, incluso cuando el móvil utilitario o el sentido original puedan haber desaparecido.

A través del proyecto 100 INTERVENCIONES X 100 ESPACIOS buscamos, por un muy breve lapso, exonerar los espacios de la arquitectura de su día a día, despojarlos de su condición cotidiana suspender los usos previstos y previsibles ofreciéndolos en cambio como soporte para la imaginación de artistas, bailarines, actores, músicos, pensadores y poetas. Pidiéndoles que adopten la arquitectura como soporte de su hacer. Para que en el espejo de sus propuestas adivinemos ese algo más, y se nos develen algunos de aquellos aspectos que el día a día arriesga a escamotear.

Buscamos crear condiciones para que la peculiar mirada del arte reinvente o redescubra facetas olvidadas en el uso cotidiano de las arquitecturas. Y nos las presente con nuevos colores, con nuevos sonidos, desde nuevos y originales abordajes; de modo tal que volver a ellas ya no sea lo mismo; y al formalizar un nuevo vínculo con aquellos productos de la arquitectura, renazca una mirada más atenta, más curiosa, más sensible e interesada; que alimente una conciencia aguda hacia lo que nos rodea. 100 INTERVENCIONES X 100 ESPACIOS parece un camino interesante para estimular una actitud de crítica informada, capaz de promover una acción a la vez cauta y creativa hacia el legado que preparamos para quienes han de venir.

Submarcas-I

Publicado por | 25 de junio de 2015 - 12:26 | Actualizado: 24 de julio de 2015 - 11:47 | PDF