Campo problemático

EDICIÓN 2019-2020

En esta oportunidad, el equipo coordinador del DEIP propone reiterar el campo problemático de la edición anterior.
El objetivo del campo problemático es complementar la misión formativa, desarrollando una contribución colectiva al debate disciplinar sobre un tema de interés contemporáneo y local. En esta edición la temática se vuelve a centrar en la SUSTENTABILIDAD HÁBITAT Y VIVIENDA, en consonancia con una preocupación institucional de la FADU/UDELAR que se canaliza en diversas actividades académicas. 

El DEIP propone la problematización de la noción de sustentabilidad desde una perspectiva compleja, contemporánea y local, profundizando en el reconocimiento de sus implicancias disciplinares específicas. El foco estará puesto en el proyecto arquitectónico y urbano en tanto pensamiento y práctica multidimensional, capaz de negociar entre vectores y condiciones contradictorias fuertemente imbricadas.

Se pretende que los distintos módulos de PAC 1 y 2, los talleres de investigación proyectual y los trabajos finales de los alumnos, asuman esta perspectiva crítica en la consideración de sus respectivos objetos de estudio.

SUSTENTABILIDAD HÁBITAT Y VIVIENDA

Los problemas de contaminación y consumo energético generados en las grandes concentraciones urbanas, el enorme peso relativo del sector de la construcción en el consumo de recursos materiales, energía y agua, tanto en la construcción como en el uso de los edificios, la generación de residuos de todo tipo, hacen que sea impostergable e indiscutible la necesidad de abordar el tema de la sustentabilidad desde nuestra perspectiva disciplinar. Otra cosa es ponerse de acuerdo sobre las implicancias de este término en lo que refiere a la arquitectura y a la ciudad. Múltiples experiencias y reflexiones, a veces contradictorias entre sí, conviven bajo ese rótulo. Las ciudades toman diversas medidas en relación a la mejora en la gestión de los residuos, la generación de espacio público de calidad, la peatonalización y el control del tránsito automotriz, la mejora de los transportes públicos, el control de la producción de materiales y procesos contaminantes, la renovación de la matriz energética, la promoción de las economías compartidas (transporte compartido, co-working, entre otros).

Existe consenso casi universal en que una ciudad sostenible debe ser compacta, diversa, densa, para economizar suelo y energía, minimizar la contaminación y promover el intercambio social. Sin embargo proliferan concursos e investigaciones que apuntan a la casa sustentable unifamiliar o a la generación de eco barrios que promueven grandes ocupaciones dispersas de baja densidad.

Como sostiene Fernando Diez (2011), la omnipresente retórica de la sustentabilidad es engañosa e, incluso, opera en contra de la búsqueda de propuestas auténticamente renovadoras al definir como prácticas sustentables algunos procesos apenas menos agresivos con el ambiente que los anteriores, introducidos en el marco de prácticas profundamente insustentables. El caso de las innovaciones en la industria automotriz es un claro ejemplo de esta confusión, como también algunas prácticas de reciclaje que, en definitiva, enmascaran el problema de la producción desmedida de envases no degradables.

Muchos autores sostienen que es imposible pensar en desarrollo sustentable sin un cambio de paradigma que sacuda profundamente las raíces culturales de la civilización   occidental, los modos de producción y consumo y los hábitos y modos de vida contemporáneos. Más allá de cuestiones técnicas, la sustentabilidad implica transformaciones culturales e involucra la sostenibilidad de los procesos sociales y económicos. Sin embargo, hasta el momento, la mayor parte de los esfuerzos han ido en la dirección de la minimización de los efectos negativos de los modos de producción convencionales.

McDonough y Braungart proponen un cambio de punto de vista: en lugar de pensar en principios de minimización de los daños al medioambiente, pensar la sustentabilidad a partir de la creación de nuevos sistemas de relaciones entre el hombre y la naturaleza; en lugar de minimizar la huella ecológica, generar huellas positivas que produzcan más y mejores hábitats. Inspirados en los procesos de la naturaleza desarrollan la noción de “metabolismo técnico”  “[…]un sistema de circuito cerrado en el que sintéticos valiosos de alta tecnología y recursos minerales circulan en un ciclo interminable de producción, recuperación y reutilización” (MACDONOUGH,; BRAUNGART, 2008).

En el mundo, Uruguay incluido, se ha avanzado hacia normativas y recomendaciones que regulan la contaminación, la gestión de residuos, el consumo energético, el manejo de las aguas, la explotación de los recursos naturales. Las normativas generalmente son de naturaleza unidimensional y cuantitativa. La naturaleza del proyecto es, por el contrario, multidimensional y compleja. Desde esta perspectiva nos preguntamos sobre el potencial del proyecto para el abordaje de los problemas de sustentabilidad.

¿Podemos, como arquitectos, pensar en estos problemas en abstracto sin relacionarlos con las prácticas concretas?

¿Tiene el proyecto la capacidad de formular y enunciar algunos de estos problemas, no de manera retórica sino con sus instrumentos específicos, de manera propositiva?

Como productor de escenarios de transformación, puede el proyecto incidir en la producción de nuevos imaginarios y perspectivas sobre estos asuntos?

Referencias bibliográficas:

_DIEZ, Fernando. Hacia una arquitectura sostenible. En Summa+ 118, 2011, p. 4:5.

_MCDONOUGH, William; BRAUNGART, Michael. Dos princípios às práticas: criando uma arquitetura sustentável para o século XXI. En O campo ampliado da arquitetura. Antologia teórica 1993-2009.  P. 175:171. 


TERRITORIO DE ESTUDIO

En los talleres de investigación proyectual se trabajará en el área del segundo ensanche de Montevideo, la denominada Ciudad Novísima. Se trata de áreas centrales heterogéneas que incluyen diversos tejidos residenciales de baja densidad dentro de la ciudad consolidada y provista de infraestructuras completas y servicios. Estos “territorios en baja tensión” se presentan como oportunidades para la propuesta de intervenciones innovadoras que contribuyan al desarrollo de una ciudad más compacta, diversa y sostenible.

 

Publicado por | 29 de agosto de 2018 - 19:53 | Actualizado: 29 de agosto de 2018 - 19:57 | PDF