Un libro me trajo hasta acá

Un libro me trajo hasta acá


Hoy se inaugura la exposición «Línea editorial. La FADU a través de sus publicaciones», en el hall de la sede central de la facultad. Se trata de una muestra de 340 ejemplares e infografías, piezas de diseño y comunicación, ideada y organizada por el Servicio de Comunicación y Publicaciones (SCyP) de la FADU. Es una iniciativa que celebra el Día Nacional del Libro y que está motivada por la reciente creación de la Comisión de Publicaciones de la facultad.

Hace más de tres meses que un equipo interdisciplinario del SCyP trabaja en el desarrollo de la propuesta, que va mucho más allá de exponer libros que datan del año 1958 hasta la actualidad. En primera instancia se recopiló información sobre el material existente publicado por la antigua Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República (Udelar) y luego por la FADU. Seguidamente se hizo un acopio de los textos y se extrajo la mayor cantidad de información posible, datos que hoy figuran en los gráficos que forman parte de la muestra. Paralelamente se diseñaron los soportes para el montaje de la exposición de los libros, revistas y catálogos; para las infografías y otras piezas gráficas que integran la instalación.

Los textos exhibidos son productos culturales que reflejan un extracto de la historia de la facultad y, en parte, de la sociedad, al tiempo que evidencian el valor que se le ha dado en nuestra casa de estudio al «libro objeto», considerado como una forma de extensión, de mostrar una parte del trabajo realizado.

Números cero

El texto más antiguo exhibido data del año 1958: Revista de la Facultad de Arquitectura, que con el tiempo se la denominó Revista R. La publicación se editó en el mismo año en que fue aprobada la Ley Orgánica de la Udelar, cuando era decano de Arquitectura el arquitecto Aurelio Lucchini y rector de la Udelar, Mario Cassinoni. La publicación de la revista fue prácticamente anual hasta 1966. A esa altura ya se había aprobado el Plan Maggiolo (1967), que proponía una reforma de la Universidad más integrada al medio social a través de las funciones básicas de «enseñanza, extensión universitaria e investigación científica». Luego se discontinuó y, dictadura cívico-militar mediante, en 1986, se publicaría un nuevo número. 

Recién a partir de 2012 la Revista R volvió a editarse anualmente hasta 2021 y el presente año se abrió una convocatoria destinada a pensar el futuro de la revista.

Entre otras cosas, el Plan Maggiolo planteaba que «una de las formas de divulgación de los conocimientos científicos y de la actividad intelectual más eficaz que puede desarrollar la Universidad es la que se puede cumplir a través de un amplio plan de publicaciones, no sólo de los trabajos científicos que se realizan en sus diferentes servicios, sino también de las obras importantes de autores nacionales y extranjeros».

En Facultad de Arquitectura la consigna de publicar para divulgar el trabajo generado comenzó a consolidarse lentamente hacia 1997 y 1998, con tres publicaciones editadas cada año. Adquirió más fuerza a partir de la década de 2000, pasando de unas cuatro o cinco publicaciones anuales a 14 en 2008. Varios factores influyeron para que los impresos se concretaran. En 1990, por ejemplo, la Udelar creó la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC), en 1993 la Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio (CSEAM) y la Comisión Sectorial de Enseñanza (CSE).

En tanto, entrados los noventa la CSIC realizó las primeras convocatorias del programa de Apoyo a publicaciones. De hecho, casi el 30 por ciento de los textos de la FADU fueron realizados con el respaldo de la CSIC. El número de publicaciones que cuenta con este apoyo fue mayor a partir de 2011 cuando se produjo un cambio en la convocatoria de la Comisión. Hasta ese momento a cada publicación se le asignaba un monto determinado de dinero y quien escribía se encargaba de la edición y publicación, recurriendo muchas veces a editoriales privadas.

Nairí Aharonián, jefa de ediciones universitarias de la Udelar, explicó que en 2010, el Prorrectorado de Investigación decidió que, en lugar de que se le diera dinero a las autorías, la Universidad brindara el servicio de publicaciones y creara ediciones universitarias. Aharonián valoró el cambio porque significó un «apoyo real a autores emergentes», al tiempo que permitía una reorganización de los recursos. También significó un «hito político» porque se apostó a que la Udelar volviera a tener su editorial universitaria.

A pesar de los cambios en el programa de Apoyo a publicaciones, la FADU siempre diseñó sus libros y participó en el proceso completo previo a la impresión.

Libro objeto

En 2012 se publicó la mayor cantidad de textos en la FADU: 27 ejemplares. Mientras que, en 2017, el número fue de 26. Entre medio, las publicaciones oscilaron en mínimos de 13 y máximos de 23 al año. Carina Strata, ex asistente académica de la facultad, explicó que, en parte, el incremento de publicaciones podía deberse a que en 2009 asumió como decano de la facultad el doctor Gustavo Sheps, quien valoraba al «libro objeto» como «una pieza de extensión, para difundir el conocimiento y sacarlo de la academia».

Strata rememoró que ni bien comenzó el decanato mantuvieron reuniones con universidades públicas de la región para evaluar qué era lo más conveniente: «si se hacía un sello editorial o no». Por cuestiones de dinero y escala se concluyó que no se podía apostar a un «sello editorial propio» pero sí a «una marca». Para ese entonces ya existía en la facultad la Unidad de Comunicación y Producción Cultural, que luego pasó a ser la Unidad de Producción Gráfica, y en 2012 se denominó Servicio de Información y Comunicación, nombre que con los años cambió a Servicio de Comunicación y Publicaciones. En ese momento el Servicio comenzó a tener una intensa actividad vinculada a las publicaciones, la que continúa hasta ahora.

Además, se apostó a la profesionalización. «Instalamos la figura de la corrección de estilo. Teníamos una preocupación en el proceso de edición de publicaciones que hoy naturalizamos, pero que no era común antes», explicó Strata.

La profesionalización de las publicaciones en la FADU estuvo acompañada por el desarrollo tecnológico. Los temas de agenda cada vez más empezaron a formar parte de la literatura generada. En 2015, por ejemplo, se cumplieron 100 años de la creación de Facultad de Arquitectura; en 2018 se cumplieron 10 años de la Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible (Ley 18.308) y 50 años de la aprobación del Plan Nacional de Vivienda (Ley 13.728). Estos hechos sociales llevaron a nuestra comunidad a escribir y reflexionar al respecto.

Por su parte, Aníbal Parodi, docente de la FADU que participó en varias de las publicaciones individuales y colectivas que serán expuestas en la muestra, destacó la creación del Sistema de Posgrado y Educación Permanente como un hito que colaboró en la generación de contenido y nuevos artículos de la facultad, y la creación de las carreras «más jóvenes» que forman parte de la propuesta académica actual que llevaron a explorar nuevas temáticas.

También el proyecto Usina de Innovación Colectiva, impulsado por el actual decanato que dirige Marcelo Danza, fue considerado como un punto de partida para la publicación de textos que den cuenta de distintos temas abordados en la facultad.

Invertir en cultura

Mucha tinta corrió desde 1958 y hoy «la FADU tiene una identidad de servicio universitario muy fuerte», reflexionó la jefa de Publicaciones de la Udelar. «Al poder realizar sus propios diseños de libros, ha generado una identidad visual, tiene sus propias colecciones, los libros se parecen entre sí», añadió Aharonián.

A lo largo de los años los temas tratados en las publicaciones se mantuvieron y se sumaron nuevos. Mientras que las temáticas «arquitectura», «urbanismo» y «diseño» son las más trabajadas, según se desprende de la sistematización de las palabras clave, hay otras que aparecen en menor medida pero que comienzan a estar presentes, por ejemplo: «innovación», «emergencias», «crítica», «sociedad, ciudadanía y comunidad». «Hay unas cuantas palabras claves que tienen que ver con la extensión, que la dictadura frenó y luego le costó retomar a toda la universidad», detalló Parodi, pero que «en la pandemia se demostró que se consolidó».

Al pensar en el futuro de las publicaciones universitarias, para Strata un pendiente es mejorar la distribución de los materiales editados. La distribución para compartir y difundir el conocimiento generado en el ámbito universitario independiente de las ventas, ya que, según detalló, en la mayoría de los casos «no hay ganancias». «Sí se puede empatar la inversión porque algunas publicaciones se venden muy bien, pero otras no», agregó. No obstante, valoró que el «libro es una carta de presentación», que da a conocer a la facultad, por lo que es importante que el material «circule».

Aharonián también remarcó la importancia de invertir en publicaciones para la divulgación de conocimiento. «Vos no hacés cosas de extensión o investigación porque vas a tener plata. La edición universitaria tiene poco retorno, pero lo tenés que hacer», sostuvo.

Para ambas entrevistadas la venta a on line ya debería ser una realidad y en este sentido se está trabajando a nivel central, mientras desde FADU se seguirá estudiando y escribiendo sobre lo hecho, para sumar nuevas páginas de libros que quién sabe hasta dónde nos llevarán.

 

*La Plaza es un ciclo de notas sobre temáticas de relevancia para la comunidad de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), con el objetivo de compartirlas puertas adentro y difundirlas puertas afuera, y de aportar nuevas miradas a la esfera pública. Esta línea editorial, llevada adelante por el Servicio de Comunicación y Publicaciones de la FADU, procura poner en valor figuras, propuestas, actividades o prácticas académicas específicas de nuestras disciplinas que puedan convocar el interés de la sociedad en su conjunto.

Publicado por | 28 de mayo de 2025 - 10:25 | Actualizado: 28 de mayo de 2025 - 10:25 | [pdf]PDF[/pdf]