Eye – Museo del Cine de Ámsterdam
Por Bernardo Martín (Docente del Grupo de Viaje 2013)

(extraído de la revista MARK No.38)

El Instituto del Cine de Ámsterdam, dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Ciencia de los Países Bajos, se inauguró el 4 de abril de 2012 con la presencia de la reina Beatriz. Allí trabajan unas 150 personas y su objetivo es preservar el patrimonio cinematográfico, tanto de películas holandesas como extranjeras, para las futuras generaciones. Alberga una colección de 40.000 películas y se jacta de ser el “líder internacional en restauración y digitalización del patrimonio cinematográfico”. El nuevo edificio, que costó 36 millones de euros, comprende cuatro auditorios, 1200 m2 destinados a exposiciones, 1200 m2 destinados a oficinas, un área dedicada a actividades académicas y un café y restaurante de 1000 m2.

Eye, que antiguamente se ubicaba en el céntrico Vondelpark, es la primera institución cultural importante que se traslada a la zona norte de Ámsterdam. Durante décadas se intentó sin éxito que este distrito se integrara de una vez por todas a la ciudad. Para la gente seguía siendo un área donde no había nada para hacer, una zona de barrios poco favorecidos adonde no llegaba el tranvía, donde ni siquiera había puentes sobre el río Ij que conectaran con el centro de la ciudad. Sin embargo, hace tiempo existe un ferry gratuito para peatones y ciclistas que cruza el río desde la Estación Central en una y otra dirección, todos los días de la semana, y un túnel para vehículos. Y dentro de cinco años, cuando se termine de construir la línea Norte-Sur, el norte de Ámsterdam estará unido al resto de la ciudad por el metro.

Dos semanas antes de la inauguración oficial, durante una conferencia de prensa, el arquitecto Roman Delugan, de Delugan Meissl Associated Architects, relató cómo comenzó todo: “En 2005 recibimos un correo electrónico bastante informal en el que se nos preguntaba si estábamos interesados en participar en un concurso para diseñar un instituto de cine. Pensamos que era una broma y no le hicimos caso. Cuando Mels Crouwel, arquitecto del gobierno holandés, nos llamó por teléfono, sorprendido de que no hubiéramos respondido, caímos en la cuenta de que la invitación era real. Por supuesto, participamos en el concurso”.

Publicado por | 9 de agosto de 2013 - 01:34 | Actualizado: 9 de agosto de 2013 - 01:34 | PDF

Palabras clave: , , ,