Carta a un estudiante en París
Por Gustavo Hiriart (Docente del Grupo de Viaje 2013)
Estimado estudiante de arquitectura ¿Cómo seducirte para que visites St. Chapelle, cuando estés en París, sin develar el hermoso secreto que contiene? ¿Cómo hacer para hablarte de algo sin nombrarlo? ¿Cómo evitar, hoy día que nada puede esconderse a la vista de Mr. Google, que busques fotos y videos, y obtengas tal vez un 2% de la sensación que tendrías entrando en su espacio? ¿Cómo harás para confiar en mi?
Supongo que lo que se necesita aquí es un salto de fe (estamos hablando de una capilla en definitiva) pero yo soy rabiosamente racional, como quizá tú lo seas. De todos modos la relación docente – alumno siempre descansa en un acuerdo de confianza, así que me valdré de eso para continuar.
El formato de Bitácora implica hablar de una experiencia, y voy a hablarte en pocas palabras de un efecto, sin entrar en los detalles del cómo, que será finalmente siempre lo más importante para nosotros los arquitectos. Entender nos permite manipular, pero es también necesario ampliar el espectro de sensaciones, y el Viaje puede ser una oportunidad para hacerlo a gran escala, si estás dispuesto.
Te cuento: entrando a la capilla de St. Chapelle (la del segundo nivel, ojo no te quedes en la planta baja!) comprendí que un espacio tiene densidad; que el aire se carga de un peso, o mejor dicho para este caso de una levedad, que se transmite a través de la luz, y se transfiere dramáticamente al cuerpo del visitante.
Sentir que un espacio destinado al culto del catolicismo me conmovía profundamente no me hizo más creyente, pero creo que me hizo mejor arquitecto.
Publicado por Gustavo Hiriart | 7 de julio de 2013 - 10:00 | Actualizado: 3 de agosto de 2013 - 21:36 | PDF