GRAN PREMIO JULIO VILAMAJÓ / Seleccionados 3

 

– Teoría de articulación de momentos.
Ana Vallarino Katzenstein

 

Esta propuesta presenta una teoría de análisis e interpretación de la realidad, como una herramienta abierta e impulsora del conocimiento, apuntando a resolver problemas holísticos, más allá de lógicas logarítmicas.

El trabajo madre apuntó a enriquecer la teoría y la metodología de los estudios paisajísticos, al tiempo que a fortalecer las relaciones entre una y otra. Su objetivo fue plantear una manera de abordar una temática compleja desde una perspectiva dialógica y dinámica, para lo cual se desarrolló la teoría que nos convoca. Su vocación es otorgar herramientas para seleccionar los componentes fundamentales de una temática así como encontrar la forma en que se relacionan entre sí y con otros componentes, encontrando su equilibrio en una globalidad espacial, temporal, afectiva y axiológica.

El péndulo, como modelo, se encuentra en el origen de esta teoría, representando pares de fuerzas opuestas y complementarias. Seguidamente relacionamos las fuerzas con distancias y nos apoyamos en el concepto de “momento” mecánico, resultado del producto de una fuerza por una distancia, para expresar esta relación y como herramienta hipotética.

El equilibrio dinámico de componentes es el motor de la “Teoría de articulación de momentos”, y la articulación entre los brazos de palanca es el hombre, más específicamente la condición humana, en tanto trilogía especie/ individuo/ ser social, derivada del cerebro triúnico donde se enlazan pulsión, razón y afectividad.

Proponemos pues abordar la complejidad de la realidad partiendo de la necesaria definición de unidualidades primarias (las dos caras- que en definitiva son una sola- de una cinta de Moebius: lo espacial y lo temporal, lo público y lo privado, lo cercano y lo lejano, lo racional y lo pulsional, las prácticas y las representaciones). Las unidualidades están representadas por pares de fuerzas opuestos y complementarios que, conjugados con distancias, originan “momentos” cuyo equilibrio se logra articulando diferentes planos.

Formulamos así la existencia de un proceso recursivo donde son fundamentales los distintos niveles de interacción entre el hombre y el medio, así como el atender al equilibrio en cada plano y en la globalidad, en vías de lograr el éxito en la esencia humana y ambiental en el largo plazo.

La articulación a diferentes niveles de distintos “momentos” expresa una máxima que consideramos esencial: la necesidad de articular la fuerza, el “estar”, que viabiliza el conocimiento y aprovechamiento de recursos, con la distancia, el “ser”, que permite valorarlos, como clave de toda sustentabilidad.

Derivada de la teoría se propone una noción de paisaje como una articulación entre prácticas y representaciones humanas asociadas a la naturaleza. Esta noción resulta una guía fundamental en la creación de conocimiento en paisaje y por tanto, en arquitectura y diseño.

 

 

 

Publicado por | 5 de abril de 2013 - 15:53 | Actualizado: 8 de mayo de 2013 - 13:08 | PDF