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proyecto integral equinoterapia_
A.C. SICA  / E. SUÁREZ

La equinoterapia forma parte del campo de las Terapias Asistidas con Animales, una corriente que busca prevenir alteraciones y mejorar la calidad de vida de pacientes con dificultades de cinco tipos: psicológicas y cognitivas; comunicacionales y de lenguaje; psicomotoras; de aprendizaje; y de socialización. La interacción con animales permite desarrollar la capacidad atencional, la autoestima, la confianza, la adaptación, la comunicación (verbal y no verbal), la coordinación, los reflejos, la movilidad y relajación de los músculos. También promueve el sentido de la responsabilidad mediante el cuidado del animal (higiene y alimentación) e incluso favorece la comprensión sobre la vida, a través de experiencias como nacimientos, enfermedades, accidentes y la muerte.

A nivel mundial, el desarrollo de la equinoterapia empieza a extenderse a partir de la década de 1950. A Uruguay, sin embargo, ese impulso llega recién a mediados de 1990. La primera iniciativa fue en 1996 con niños y adolescentes de la Asociación Amaneceres. En 2001 se creó la Asociación Nacional de Rehabilitación Ecuestre y en 2003 surgió el Centro Nacional de Fomento y Rehabilitación Ecuestre del Ejército Nacional, que con 24 centros asociados en distintos puntos del país comenzó a atender de forma gratuita a personas con discapacidad. En 2013, según datos del Ministerio de Desarrollo Social, había en Uruguay 28 centros de equinoterapia habilitados, de los cuales solo dos funcionaban en Montevideo. En 2017, publicaciones de Presidencia de la República, hablaban de más de 40 centros de equinoterapia. Los números dejan en claro que se trata de una actividad en crecimiento.

El centro PIEL tiene en su espíritu dos objetivos: ser el primero en concebirse desde la raíz como un lugar que cumpla con todas las condiciones para desarrollar adecuadamente la equinoterapia y empezar a promover líneas de trabajo tendientes a ordenar la oferta actual. Con el tiempo, este nuevo proyecto debería convertirse en un centro madre que ayude a convertir en un sistema lo que hoy es una red dispersa.

Se plantean cinco lineamientos que buscan la conformación de un proyecto que cumpla con las exigencias actuales en cuanto a lo que es un centro de equinoterapia y las espacialidades que requiere, atendiendo principalmente las diferentes escalas de sus usuarios. Un proyecto que tenga como centro el desarrollo de la actividad y que se articule para asegurar una experiencia completa en todos los sentidos. En el marco de un barrio de terrenos productivos, existe una búsqueda por integrarse a las lógicas del lugar, entendiendo la naturaleza como elemento de conformación.

– Infiltraciones : Reconociendo el terreno como pasante y respetando la trama urbana, se propone la conformación de dos entradas. – Zonificacion: Las características del entorno de las dos fachadas son diferentes en cuanto a la cantidad de viviendas y el movimiento que tienen. Esto determina un grado de privacidad diferente a lo largo del terreno que aumenta hacia la calle Camino Fauquet.

– Niveles: Dentro de lo que será el espacio edilicio, se diferencian los niveles más bajos de los más altos para, de esta forma, sacar mayor provecho al terreno incorporando un segundo nivel en las áreas más bajas.

– Recorridos: Dentro del edificio se busca que el recorrido sea claro y ordenado desde la entrada a los diferentes lugares en donde se desarrollan las actividades interiores para luego entrar en contacto con los espacios compartidos con el caballo en donde el recorrido será más descontracturado.

– Espacios: Dado el tipo del programa y los usuarios hacia los que está dirigido se pretende que el elemento del paisaje y el vínculo con la naturaleza esté presente siempre y sea gradual, al igual que sucede con la privacidad.

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