EDIFICIO EL PILAR

Al igual que el edificio Positano, El Pilar es un emprendimiento inmobiliario que tiene a García Pardo como promotor, junto a las hermanas Ayala, propietarias originales del predio —ubicado en la proa de Bulevar España y Avenida Brasil, frente a la rambla de Pocitos—. También aquí, la apuesta a la planta libre se conjuga con una propuesta estructural totalmente novedosa en el medio. Se trata de un edificio colgado. Un único pilar central, hueco, concentra las circulaciones. De él parte una serie de ménsulas en la azotea, de las que cuelgan tensores de acero que sostienen las losas. El equilibrio del pilar se logra con tensores que corren por la medianera y se anclan en un macizo de hormigón bajo el subsuelo. El cálculo de la estructura fue realizado por el estudio de Dieste y Montañez junto con el ingeniero Carlos Agorio. Leonel Viera participó también, pues es el representante de tensores de acero importados de EEUU.

El riesgo asumido por García Pardo se evidencia en una simple anécdota. Por motivos económicos, la obra estuvo parada un par de años, ya con la fase de estructura acabada, pero con los tensores sin protección. Pasado el tiempo, éstos comenzaron a sufrir un proceso de corrosión, lo que motivó diversos estudios para verificar su posible pérdida de resistencia. Finalmente no fue necesario reforzarlos, pero cabe resaltar: la mera interrupción de la obra, algo bastante común en nuestro medio, la puso en riesgo estructural.

En 1957, año en que se proyecta El Pilar, García Pardo viaja a Europa, encomendado por la Facultad de Arquitectura, junto a Raúl Sichero. En Alemania conoce a Frei Otto, quien por entonces comenzaba a experimentar con estructuras colgadas. Según García Pardo, Otto demuestra particular interés por la solución de este edificio. Posteriormente, el historiador alemán Udo Kultermann lo menciona en su Historia contemporánea como el primer edificio en altura colgado.

Finalmente, se coloca un cerramiento vidriado, de piso a techo en cada nivel (no un courtain wall) y alrededor de todo el edificio, bajo la premisa moderna de una máxima visibilidad y un confort asegurado por medios artificiales.

La solución estructural permite un máximo aprovechamiento del área en planta, condicionada por los amplios retiros normativos sobre las tres vías que delimitan el edificio. La cocina y los baños se distribuyen en torno al pilar central, mientras el dormitorio, y el estar-comedor (que se puede subdividir generando un segundo dormitorio) se abren al paisaje de la rambla y el Río de la Plata.

El volumen del edificio es un poliedro cuya fachada sureste se descompone en dos planos perpendiculares a las alineaciones de las avenidas que confluyen en la proa. Como señala el arquitecto español Helio Piñón, esta solución resuelve con creatividad la situación urbana que plantea el predio, creando un ángulo obtuso que juega en tensión con el entorno.

Al igual que otros edificios contemporáneos, García Pardo incorpora obras de arte en la planta.

Extraído de “MEDERO, Santiago, Luis García Pardo, Facultad de Arquitectura, Montevideo, 2012”.